Algunas de las tendencias más recientes de los últimos años, son los conceptos de emprendimiento social y la empresa social.
Si unimos estas dos iniciativas, podríamos decir que el mundo va bien a pesar de todas las advertencias que nos indicaban que se acercaba a su fin y que nadie estaba haciendo lo suficiente.
Aún falta mucho por hacer, pero al menos los datos nos muestran un futuro más esperanzador. Conceptos como sustentabilidad y responsabilidad social han calado fuertemente en las organizaciones y su entorno, incluso sin importar el tamaño de éstas.
Estos conceptos no son nada nuevos, pero lo importante es que vemos como las organizaciones se interesan cada vez más en retribuir a las comunidades, disminuir el impacto ambiental y asegurar que las organizaciones se mantengan competitivas y redituables.
Mucho se ha hablado del interés que tienen las generaciones más jóvenes en los problemas ambientales y sociales. Independientemente que este interés sea inculcado o impulsado por factores externos, lo cierto es que cada vez más nuevos emprendedores muestran su compromiso con la humanidad y el planeta.
Sin embargo, los problemas que enfrentan este grupo de emprendedores sociales es que por pertenecer a organizaciones pequeñas, y con presupuesto limitado, tienen alta probabilidad de sufrir estrés y agotamiento.
Lo que dicen los estudios
De acuerdo con Deloitte: “Las organizaciones de hoy son cada vez más juzgadas por la base de sus relaciones con sus trabajadores, clientes, y comunidades, así como su impacto en la sociedad en general, transformándolos de empresas comerciales en empresas sociales».
Según investigaciones del Harvard Business Review, uno de los principales enemigos de los emprendedores sociales es balancear los objetivos comerciales con las causas sociales. En el caso de las grandes empresas, este objetivo puede ofrecer incluso una ventaja sobre sus competidores. Pero en el caso de start-ups y organizaciones en crecimiento, donde la mayoría de las actividades son realizadas por un grupo reducido de personas, las responsabilidades pueden ser agobiantes.
Sin embargo, los emprendedores sociales tienen una ventaja sobre sus contrapartes en el área comercial: La motivación. Al parecer, un emprendedor social tiene mejores herramientas para enfrentar las situaciones que se presentan al liderar a una organización.
Por otra parte, los emprendedores comerciales tienen mayores probabilidades de tener éxito en sus emprendimientos, debido a que deben generar ganancias o valor para los accionistas.
Señala al principal enemigo
De acuerdo al estudio llevado por Harvard Business Review: “el estrés es un problema importante para los emprendedores sociales. Cuando intentan alcanzar objetivos comerciales y devolver a la comunidad al mismo tiempo, es probable que estos empresarios se sobrecarguen con demasiadas responsabilidades y, en consecuencia, agoten sus recursos personales. El costo del agotamiento de los recursos puede incluir tiempo reducido con la familia y mala calidad del sueño.”
Pero en la medida que las nuevas generaciones se adapten mejor a las nuevas tendencias y requerimientos de la sociedad, es muy probable que surjan mejores modelos para administrar el tiempo y trabajo. Una vez que se resuelva la paradoja de llevar adelante a una organización sustentable y al mismo tiempo ofrecer réditos, el burnout o agotamiento pasará a un mejor plano, y probablemente tendremos la sociedad y economía que tanto necesitamos.